Bienvenida

UN SEÑOR MADURO CON UNA OREJA VERDE

Un día, en el expreso de Soria a Monteverde,
Vi que subía un hombre con una oreja verde.

No era ya un hombre joven sino más bien maduro,
Todo menos su oreja, que era de un verde puro

Cambié pronto de asiento y me puse a su lado
Para estudiar el caso de cerca y con cuidado.

Le pregunté:   -Esa oreja que tiene usted, señor,
¿Cómo es de color verde si ya es usted mayor?

Puede llamarme viejo  -me dijo con un guiño-
Esa oreja me queda de mis tiempos de niño.

Es una oreja joven que sabe interpretar
Voces que los mayores no llegan a escuchar:

Oigo la voz del árbol, de la piedra en el suelo,
Del arroyo, del pájaro, de la nube en el cielo.

Y comprendo a los niños cuando hablan de esas cosas
Que en la oreja madura resultan misteriosas …

Eso me contó el hombre con una oreja verde
Un día, en el expreso de Soria a Monteverde.

                                                                                              GIANNI  RODARI




“Todos nosotros y todas nosotras, aunque no se nos vea mucho, tenemos una oreja verde, abierta, vigilante, atenta y libre. Por eso intentamos que la escuela tenga capacidad de cambio, deseo de novedades, y mantenemos las persianas abiertas siempre a las noticias que traen los niños, que traen las niñas, a los comentarios que traen las familias, a las nanas que traen los abuelos y abuelas, a las ideas renovadoras y útiles vengan de donde vengan.”

                                                               Carmen Díez Navarro, “La oreja verde de la Escuela”